¿QUIÉN FUE SIGMUND FREUD?






Fue un médico neurólogo Austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.
Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, investigaciones de las que daría cuenta en la casuística de su consultorio privado. Estudió en París, con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot, las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a la ciudad de Viena y en colaboración con Josef Breuer desarrolló el método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la asociación libre y la interpretación de los sueños.​ De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida.

La contribución básica de Freud a la psicología es el descubrimiento de los procesos inconscientes de la conducta. Freud supuso que el ser humano se encuentra impulsado por la energía psíquica de la Libido (sexuales), por impulsos agresivos y recuerdos dolorosos reprimidos. Freud va a estudiar la personalidad y va a diferenciar distintos lugares (topos) o estructuras en ésta. Esta topología cambiará con la evolución de su pensamiento.
Freud, de esta manera, dividió la personalidad en tres instancias o estructuras:
  1. El Yo, Ego. Se compone de los elementos conscientes, preconscientes (recuerdos recuperables) e inconscientes (mecanismos de defensa). Realiza una misión conciliadora entre el Ello y el Súper-Yo. Nuestra salud mental depende de su éxito.
  2. El Ello. Del latín “illud”, es un término inspirado en la terminología de Nietzsche. Se compone de las pulsiones innatas reprimidas (sexualidad y agresividad), así como de todo aquello que hemos reprimido y olvidado, porque nos resultaba doloroso
  3. El Súper-yo. Se origina en el “Yo”, en el proceso de interiorización de las normas y valores morales. Por tanto, representa la moral y los valores que hemos ido interiorizando a partir de las prohibiciones familiares. Es la censura moral. Es una instancia inconsciente que vigila y amenaza al “Yo” (el causante de la culpabilidad). El “Yo”, ante el miedo (angustia) que siente hacia el “Súper-yo”, se defiende mediante los mecanismos de defensa (compensación, sublimación…etc.), que serían la parte inconsciente del Yo.



Freud, concluye que el Yo consciente se angustia, no por el deseo reprimido o inconsciente, sino por la amenaza del Súper-yo (censura). Por lo tanto, el Yo no se puede identificar con la parte consciente del ser humano, sino que en el Yo hay elementos preconscientes y elementos inconscientes, que son los mecanismos de defensa.






POR: THANYA MONSERRAT PANTOJA PALENCIA 

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